De ciento cuarenta y tres metros de longitud y nueve aecos, es de origen
románico. En el siglo XIV se pone encima del
puente una
torre, con el fin de cobrar más eficientemente el pontazgo. Cruza el
rio Ebrocamino de
Frias, una ciudad con mucho encanto, con muchas cosas de ver como sus
casas colgantes.