Uno de los más valiosos
monumentos de la Ciudad de
Frías es su
puente sobre el Ebro. Puede decirse que su origen fue de construcción
romana y reconstruido varias veces en la Edad Media.
Pasa por él, la calzada romana, que era una
vía de comunicación, muy importante para el
comercio entre la Meseta y la costa Cantábrica. Venía por el Portillo de Busto,
Tobera, Frías, pasa por el desfiladero de Herrán y llegaba hasta Orduña, desde donde pasaban los mercaderes a Bilbao.
Además esta vía enlazaba con la de
La Rioja que venía desde Encío, Cubilla,
Valderrama, Frías. El de Frías es uno de los mejores ejemplares de
puentes fortificados de
España.
Su construcción será consecuencia de la repoblación realizada por Alfonso VIII, así como la fijación de un
mercado y que se le otorgue un fuero que la nombre centro comarcal y capital del
Valle de Tobalina.
Frías volvió a ser realenga en 1396 y, como en otros lugares –Balmaseda- es posible que por estos años se añadiese la
torre para cobrar el pontazgo. Hay que tener en cuenta la gran carga económica que era tener un puente como el de Frías en la Edad Media. A sus frecuentes reparos debían contribuir los que más lo utilizaban: comerciantes de la Bureba y Rioja y rebaños trashumantes. Esto es el cobro del pontazgo.
Mide 143 m. de largo, 345 m. de ancho, desde el nivel del
agua hasta el pretil más alto del puente hay unos 113 m. y otros tantos hasta la torre.
Consta de 9
arcos. Los centrales apuntados y los demás ligeramente rebajados. En los más antiguos, se abren aliviaderos con sus molduras a la altura de los salmeres, que además de aligerar el peso del puente, le dan armonía y belleza.
En la Edad Media se le construyó una torre de planta pentagonal en su base central. Arranca del machón central y remata en almenas. Sobre las
puertas dos salientes amatacanados defienden el paso. La planta baja está cubierta por
bóveda ligeramente apuntada. A ambos lados de las puertas puede verse una doble fila de agujeros, para introducir las trancas que cerraban los portones. Al saliente hay un nicho con la imagen de María y, en el lado opuesto de la torre tiene una puertecita que da paso a una
escalera de caracol, que va a la sala de la torre que tiene varias saeteras.
Es sabido que este puente está construido sobre tajamares de la época romana, que debido al tiempo, riadas, etc. Se derrumbaría. Su construcción asimétrica e irregular procede de la necesidad de seguir los puntos de apoyo en la
roca que asomaba por el
río, es todo ello el resultado de uno de los mejores ejemplares de puentes fortificados de España.