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Iglesia de San Vicente Martir, FRIAS

Es la iglesia que más resalta de las que tiene y tuvo la ciudad. Ubicada en un extremo del cortado rocoso, de su primitiva construcción románica sólo quedan algunos restos, ya que tras la caída de su torre en 1904 se levantó una nueva. Su portada principal hoy se exhibe en el Museo de los Claustros de Nueva York.

Entre los siglos XIV y XVI se añaden dos capillas a la nave principal, la del Santo Cristo de las Tentaciones y la de la Visitación. En el interior se pueden admirar retablos, altares, sepulcros, pinturas, así como una amplia colección de imaginería religiosa. Está situada en la plaza del Cardenal Benlloch.

La Iglesia fortificada de Frías o la iglesia de San Vicente, es de estilo románico tardío, formaba parte de las defensas de Frías, en uno de los extremos de la muela. Poseía una robusta torre-campanario coronada por un parapeto almenado, convirtiendo al templo en un bastión defensivo que protegería el extremo opuesto del recinto amurallado respecto al lugar ocupado por el castillo.

La época de construcción data de la baja edad media (es decir coetánea con el Castillo, en «sus inicios»), de estilo románico, pero con características muy peculiares en tanto y cuanto era una prolongación, uso, vigía y defensa «coordinada» con el Castillo. La torre era de base cuadrada con ligera forma piramidal, sobria, «mazacota» y altura considerable, y debido a su utilidad defensiva a parte de la religiosa, disponía de dos troneras en el panel superior (donde existía el famoso carrillón de 16 campanas); y una en la inferior de cada fachada, y a su vez rematada con almenas. Por encima de las almenas se encontraba cubierta de tejado (a modo de las típi cas casas-torres del norte de Burgos, Pais Vasco o Cantabria, por razones climáticas).

En el año 1906 cayeron «dos Centellas» se hundió la torre, parte de la Iglesia y un rosetón gótico de la fachada. El pórtico románico visiblemente dañado por el derrumbe se vendió al Museo de Claustros de Nueva York, y con el dinero de la venta fue reconstruida la Iglesia por D. J. Calleja, Arquitecto Burgalés, con un estilo, vamos a decir «inconexo y anacrónico» con lo que en origen representaba dentro del Conjunto armónico de una ciudad, típicamente medieval. Perdura un arco plateresco lateral solitario que constituía lo que se podría denominar la entrada porticada y cubierta de la iglesia, y estaba formada por varios arcos del mismo estilo, y donde, en su día, se fallaban los juicios ordinarios, para defender los derechos de los autóctonos frente a los forasteros y para otro tipo de usos