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Panorámica con el Castillo al fondo, FRIAS

El castillo de Frías, oficialmente castillo de los duques de Frías y también llamado castillo de los Velasco, se encuentra en la localidad de Frías en el norte de la provincia de Burgos.

Se ubica sobre el peñasco de La Muela, en torno al cual se desarrolla el entramado urbano de la ciudad de Frías. Desde su privilegiada situación controla el valle de Tobalina y el paso del río Ebro mediante el puente, también fortificado, que se sitúa a sus pies. Esta es una de las rutas principales que han unido, historialmente, la meseta castellana con la cornisa cantábrica.

Está considerado como uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla. El conjunto actual está conformado una mezcla de construcciones de los siglos XII, XIII, XV y XVI.

Construido en mampostería bien conservado y con el interior exento de las construcciones auxiliares se dedica a usos turístico y para la realización de eventos lúdicos y deportivos. El castillo junto a la iglesia de San Vicente coronan el entramado urbano que circunda el cerro de La Muela y son vértices referenciales de la silueta de la ciudad.

Historia
La primera mención de la fortaleza de Frías data del año 867. Su origen está el papel de una fortaleza defensiva en un punto de alto valor estratégico en la lucha contra los musulmanes.

En 1201 se complementa con la construcción de la muralla y pasa a manos de la corona tras se entregado por los Armengol. El rey Alfonso VIII lo reforma dotándolo de nuevas defensas ya que pasa ser una pieza importante en el control del territorio al sustituir en esas funciones al castillo de Petralata

En 1446 el castillo fue cedido a Pedro Fernández de Velasco y Solier, realizando este una importante labor de restauración. En 1450 el pueblo de Frías, gobernado hasta ese momento bajo el poder real, no aceptó de buen grado el sometimiento al nuevo señor. Tras un largo asedio, los vecinos debieron desistir. Los Reyes Católicos crean el Ducado de Frías para los Velasco en 1492. En la segunda mitad del siglo XV se adapta al uso de la artillería, con la apertura de cañoneras y troneras.

Su función militar cesó tras la Guerra de Independencia. En 1920 pasa a manos municipales que intentó subastarlo. Se destinó a lugar de esparcimiento de la población, en su patio de armas se realizaban diferentes juegos populares y eventos deportivos. Una vez restaurado se es uno de los elementos estrella de la oferta turística y cultural de la ciudad.
Descripción
Enriscado en el cerro de La Muela, sobre el paso del Ebro y la vía procedente de Vadillo, dominado la única entrada a la ciudad el castillo de Frías mantiene una curiosa característica, el conjunto de la torre del homenaje está ubicado en una roca separada del resto de la construcción con defensas y aljibe propios. Está roca ha tenido varios desprendimientos, hay al menos tres documentados, que han alterado su estructura.

A pie del conjunto del homenaje se ubica un recinto cuadrangular formado por altas murallas almenadas con un paseo de ronda y sendas torres redondas en los vértices exteriores. En el recinto estaba el patio de armas, bajo el cual hay un gran aljibe con un pozo central, y a los lados estaban los edificios destinados a residencia en el sur, se pueden observar aún los ventanales adornados por capiteles historiados, y para usos auxiliares (bodegas, almacenes, cuadras, etc...) al norte.

El acceso se realizaba mediante un puente levadizo que salvaba un foso excavado en la roca, tras él una antepuerta y en medio del muro la puerta protegida mediante los sistemas de defensa de torre puerta.