La
Iglesia fortificada de
Frías o la iglesia de
San Vicente, es de estilo románico tardío, formaba parte de las defensas de Frías, en uno de los extremos de la muela. Poseía una robusta
torre-
campanario coronada por un parapeto almenado, convirtiendo al templo en un bastión defensivo que protegería el extremo opuesto del recinto
amurallado respecto al lugar ocupado por el
castillo.
La época de construcción data de la baja edad media (es decir coetánea con el Castillo, en «sus inicios»), de estilo
románico, pero con características muy peculiares en tanto y cuanto era una prolongación, uso, vigía y defensa «coordinada» con el Castillo. La torre era de base cuadrada con ligera forma piramidal, sobria, «mazacota» y altura considerable, y debido a su utilidad defensiva a parte de la religiosa, disponía de dos troneras en el panel superior (donde existía el famoso carrillón de 16
campanas); y una en la inferior de cada
fachada, y a su vez rematada con almenas. Por encima de las almenas se encontraba cubierta de
tejado (a modo de las típi cas
casas-
torres del norte de
Burgos,
Pais Vasco o
Cantabria, por razones climáticas).
En el año 1906 cayeron «dos Centellas» se hundió la torre, parte de la Iglesia y un
rosetón gótico de la fachada. El
pórtico románico visiblemente dañado por el derrumbe se vendió al
Museo de
Claustros de Nueva York, y con el dinero de la venta fue reconstruida la Iglesia por D. J. Calleja, Arquitecto Burgalés, con un estilo, vamos a decir «inconexo y anacrónico» con lo que en origen representaba dentro del Conjunto armónico de una ciudad, típicamente
medieval. Perdura un
arco plateresco lateral solitario que constituía lo que se podría denominar la entrada porticada y cubierta de la iglesia, y estaba formada por varios
arcos del mismo estilo, y donde, en su día, se fallaban los juicios ordinarios, para defender los derechos de los autóctonos frente a los forasteros y para otro tipo de usos