Con el gran avance cristiano hacia el sur, nuestra tierra debió de sufrir un notable retroceso demográfico por la emigración. Esto haría recapacitar al rey intentando concentrar la población para su mejor defensa, explotación del territorio y favorecer el
comercio. Parece que la reorganización territorial del Alto Ebro lo proyectó el rey desde el comienzo de su reinado. En 1170 intentaba trasladar a los cistercienses del páramo de Masa hasta Rioseco.