Momentáneamente tuvo que olvidar la idea por las contínuas guerras y oposición de don Diego López de Haro. Durante el año 1175 Alfonso VIII estuvo varias veces en Medina de Pomar. Estaba intentando reagrupar los antiguos y caducos alfoces en fuertes municipios. No desaparecerían aquéllos, sino que se modernizarán con una administración más cercana al
pueblo, más civil y menos militarizada, así como más unidos.