Parece que con esta política de creación de fuertes agrupaciones municipales, el rey también buscó la debilitación de poderosos monasterios como Oña o de grandes señores como los Lara y Haro, muy heredados en esta tierra. Alfonso VIII pretendió organizar y repoblar Frias simultáneamente al resto de la Merindad. Así se lo recordó a los monjes de Oña cuando les dice “populacioni mee de Fridas, cum ipsam de nouo populaui”.