La disputa entre los clérigos la resolvería el famoso obispo don Mauricio en 1219. Los enfrentamientos con Oña no se solucionarían hasta fines de siglo en que se delimita claramente el contorno de Frías y valle de Tobalina. El resultado debió de ser una época de prosperidad. Los posteriores monarcas se desentenderían del pueblo, pues solo Fernando III estuvo alguna ocasión por estas merindades. El vecindario quedó poco agradecido a un monarca que tanto había hecho por su prosperidad.