Con el paso de Tobalina a los Velasco en 1372 y
Frías en 1446, todo quedará a merced de la ambiciosa
familia. Ellos nombrarán al alcaide (antiguo ”senior”) y éste al merino. La limitación de impuestos no será respetada, especialmente a la Muela, y serán acrecentados hasta cantidades insoportables. El
pueblo protesta por la pérdida de sus libertades y el no respeto de los privilegios forales. Incluso se enfrentará a los nuevos señores (como lo recuerda la actual “
Fiesta del Capitán”), pero no servirá de nada.