dos vecinos y marcharon despavoridos hacia Burgos no sin antes decirnos que volverían para hacernos destruir el templo pagano.
Al oír estas últimas palabras, Aidan abrió los ojos con desesperación. La hermosa mujer lo tranquilizó. -No te preocupes. No volverán. Ya han podido explicar al obispo que han cumplido el encargo que les dio, vuestra destrucción.
-Pero, ¿y vosotros?
-Nadie volverá en años por aquí, a Fuente Urbel. Nos consideran analfabetos. Piensan que para nosotros las imágenes que ... (ver texto completo)
Al oír estas últimas palabras, Aidan abrió los ojos con desesperación. La hermosa mujer lo tranquilizó. -No te preocupes. No volverán. Ya han podido explicar al obispo que han cumplido el encargo que les dio, vuestra destrucción.
-Pero, ¿y vosotros?
-Nadie volverá en años por aquí, a Fuente Urbel. Nos consideran analfabetos. Piensan que para nosotros las imágenes que ... (ver texto completo)