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La presencia de imaginería mariana es reducida en el románico hasta la llegada del Císter, FUENTE URBEL

La talla de nuestra virgen no es románica, pero casi.
Durante el románico la Virgen tiene exclusivamente, sólo, una postura, la sentada. Está sentada porque está entronizada, es la “Sedes Sapientiae”, la Sede de la Sabiduría, pero tiene al Niño, su Hijo, por lo que ocasionalmente incluso hay algún gesto maternal que abundará en el Gótico, es María como Madre.

En el románico no existen artistas conocidos de la talla, en su conjunto las obras eran realizadas, por artistas locales desconocidos. Esta característica de local condujo a la existencia de tallas de mínima calidad, no por ello menos veneradas.
Como ya sabemos, cuando se construyó nuestra iglesia románica (s. XII) se consagro bajo la advocación de San Vicente.
Dos siglos más tarde, (gótico Primitivo) ya terminada la ampliación de esa segunda parte, no es de extrañar que la consagración se hiciese bajo la advocación mariana (Santa María la Mayor).
* Web Foro Club del Románico
(28 de Marzo de 2017)