La importancia de un
monumento, de una
iglesia, radica en su singularidad, en su carácter excepcional. Este valor, sea
artístico, histórico o cultural es lo que anima a su conocimiento, a su estudio, a su visita.
Fuenteúrbel no es sólo singular por el peculiar trabajo de los artistas que esculpieron sus
capiteles,
arcos y
canecillos; es sobretodo excepcional por el
mensaje que tales artífices nos dejaron. En Fuenteúrbel, en su iglesia, el programa iconográfico es único y trascendental, su mensaje deja constancia del triunfo de la cultura cristiana
romana sobre la cultura celta, no hay otra iglesia con tal contenido. Fuenteurbel, cuya necesaria visita se justifica por la falta de
información al respecto, es un
homenaje a lo celta y al cristianismo
romano sincretizador.
Eminentemente agrícola, de población reducida, conforma con otros lugares próximos el municipio de El Tozo y es vecina de
La Piedra, de la que la separa una inmensa
roca que da nombre a ésta. La Piedra dispone de una iglesia con un exquisito
ábside románico, posterior a la iglesia de Fuenteurbel y datada en la segunda mitad del siglo XII, entre cuyos canecillos se repiten dos de Fuenteurbel, uno de ellos, el ubicado en el centro del ábside, en el exterior, de ésta iglesia.
Estudiosos hay que entreven la posibilidad de que la denominación Tozo provenga del nombre latino del roble, querkus tozza = "roble tozo",
árbol sagrado de los celtas al que vinculaban una idea de renacimiento. La idea no es del todo descabellada por cuanto en las proximidades de Fuenteurbel, desde La Bureba hasta Atapuerca, hasta la llegada de los
romanos, toda la zona fue un importante bastión celta llamado “Segisamunculum”, del que se conservan no pocos castros y que no necesariamente perdieron su identidad cuando llegaron los romanos, probablemente la mantendrían durante algún tiempo, añadiendo una razón histórica-étnica al presente estudio.
El lugar, en cuyo territorio nace el afluente del Arlanzón que le da nombre, se encuentra ubicado a unos 33 km de la capital burgalesa junto a la
carretera que une
Burgos y Aguilar de Campoo con el Cantábrico.
La zona ha sido siempre un lugar de gran tránsito, Don Ramón Menéndez Pidal, en el tomo VII de su
Historia de
España nos habla de una
Vía romana que partiendo de Deobrígula-Rabe de las Calzadas, así llamada por ser cruce de ellas, subía paralela al
Rio Úrbel y al Valdelucio dejando a su izquierda a Amaia, el bastión inexpugnable, vía que quizás fue luego ocupada por el
Camino de Santiago. Y fray Justo Pérez de Urbel, oriundo de la vecina Pedrosa de Rio Úrbel nos habla de una vía romana secundaria que unía Rabe con Vellica, en las proximidades de Aguilar de Campoo, a través de
Fuente Úrbel.
Estas
vías romanas eran parte del tejido viario romano cuyas rutas principales unían el imperio con la ciudad de Roma y dos de las cuales cruzaban por la zona. De acuerdo con los itinerarios de Antonino Pío, existía una ruta que unía Astorga (Asturica), donde enlazaba con la vía que llegaba a Mérida, con
Zaragoza (Caesar Augusta). Ocurre que precisamente en la zona en la que se ubica Fuenteúrbel, hace un recorrido como en zigzag, de Asturica baja un poco para luego subir hasta Dessobriga, luego baja hasta Segesamo, vuelve a subir, pasando por Virovesca (Briviesca) hasta Atiliana y luego vuelve ya a bajar hasta Zaragoza. Para más abundamiento, se cruza tanto en Segesamo como en Briviesca con la vía romana del cantábrico, una vía un tanto irregular de trazado que naciendo en Legio VII (
León) baja hasta Deobrígula (actual municipio de Tardajos junto al Rio Úrbel) y vuelve a subir bordeando al
País Vasco por el sur hasta alcanzar Pamplona para desde ahí cruzar los Pirineos, sin duda es a esta ruta a la que se refiere Don Ramón Menéndez Pidal.
La zona es adyacente a la gran vía que en el
medievo unía los
puertos cántabros con la frontera central, en concreto con el lugar fronterizo que hoy es el
Monasterio de El Paular en la provincia de
Madrid.
En relación con el Camino de Santiago, Don Ramón Menéndez Pidal escribe: "Primitivamente, este Camino de Santiago o Francés, pasaba por
Álava y
Asturias, para ir más a cubierto de las incursiones de los musulmanes... era entonces penosísimo, pues el temor a los moros iba en continuos altibajos a través de los
valles de la costa de Álava y Asturias, pero a principios del siglo XI, el rey Sancho el Mayor lo mudó por Nájera a Briviesca, Amaya y Carrión, aprovechando una antigua vía romana”.
¿Es posible que el trazado cantábrico, que todavía existe, fuese siendo desplazado hacia el sur a medida que avanzaba la reconquista, hasta definir el Camino actual? Si esto fuese así, lo que indica Don Ramón bien pudiera ser cierto, y parece que lo es, siempre que se hiciese rápido. En todo caso, la movida debió de hacerse bastante antes de 1.152, fecha en que Juan de Ortega (luego
santo) hace el
puente de Nájera que desvía el Camino hacia Burgos, ciudad que ya en estas fechas era una importante villa comercial a la que se supone interesada en hacer que el Camino pasase por ella con todos sus romeros y efectos patrimoniales. Para comprender la posibilidad de estos desplazamientos en contradicción a lo que nos pudiese parecer un recorrido estable hay que tener en cuenta que el Camino, como se sabe, es descrito oficialmente en la guía turística de Aymerich Picaud, con su correspondiente Códex Calistinus, en el siglo XII por lo que los desplazamientos previos tienen su cabida.
El desvío hacia el sur, a medida en que se reconquistaban territorios, era una buena medida de asegurar, de repoblar, en fin de dar vida a las nuevas zonas cristianas. Como ocurre con Amaya, importante enclave desde lo prehistórico, con presencia visigótica, conquistada por las huestes de Tarik, o sea, nada más llegar los moros, y reconquistada en el 860, aunque desde esa época sujeta a las correrías primaverales de Almanzor.
Pero Almanzor muere en el 1.002, cuando Sancho Garcés III el Mayor acaba de cumplir 10 años, más o menos, lo cual no es óbice, porque el chaval, con la ayuda de su madre, de su abuela y de los obispos es nombrado rey de
Navarra y de
Aragón dos años después.
El chico no lo hizo mal, y a medida que iba creciendo iba acumulando territorios, en 1.017 asume la jefatura de estado de la Ribagorza y en 1.029 la de Castilla. Además tuvo sus alianzas con los condes de
Barcelona que le pidieron ayuda a través de su común
amigo el Oliba,
amistad que compartió con Odilón (luego santo también), el de Cluny.
Con ese bagaje, y con sus tres hijos legales (de los que Fernando I era uno de ellos) y otro ilegal, Sancho Garcés III el Mayor introduce el feudalismo en sus territorios, impulsa la reforma cluniacense y fomenta la peregrinación a Santiago, además de asegurar la defensa de un territorio que iba desde
Zamora hasta Barcelona.
Don Sancho era de tal manera bueno que los nacionalistas vascos le reconocen hoy como el Rey de Euskadi, a pesar de su clara voluntad hispanizadora, la de Don Sancho, ajena a cualquier tipo de intento unificador de las tierras de habla vasca, especialmente de su amada Pamplona.
Bueno, pues el caballerete, entre otras muchas cosas, potenció específicamente Nájera, convirtiéndola en un importante cruce de
caminos.
Así que, muerto Almanzor, con un único rey interesado en todas las zonas del recorrido, potenciador de Nájera en la forma descrita, Nájera sin puente al sur, con Amaya en su sitio, y sin el Camino publicado todavía, con vieiras en la iglesia, parece que lo que expone Don Ramón es correcto y que el Camino pudo pasar por Fuenteurbel entre años después de 1.029 en que Sancho se hace cargo de Castilla (cargo éste de Castilla que le duró poco pues noticias hay de que Diego Laínez, cuñado del Cid, capturó de los navarros, léase Sancho III, los
castillos de Ubierna, Urbel y La Piedra después de 1.054) y años antes de 1.152 en que se construye el puente de Nájera, lo que coincide con la datación imprecisa de la iglesia, cuya
pila bautismal registra 1.195 y cuya cabecera se hizo notablemente antes. Poco se equivoca uno si afirma que la iglesia está en construcción en torno a 1.100.
* Círculo Románico