Dos primeras cosas, sobre Roa y luego una más sobre la casa que construyó Bernabeu.
1. He visitado dos veces Roa. He subido a la plaza donde ejecutaron vilmente al que para mí es uno de los castellanos más egregios que ha producido nuestra tierra: EL EMPECINADO. Creo que a este hombre no se le ha hecho aún justicia en su propia tierra, Castilla. Habría largo y tendido para hablar sobre él.
El general francés Joseph Hugo quedó flipado de su valor, arrojo e intligencia táctica. Este general francés tuuvo, entre sus hijos, a uno de los prohombres de las letras del siglo XIX de todo el mundo; se llamaba VICTOR HUGO que vivió varios años, de niño, en España.
2. El desconocimiento de este prohombre castellano, en su propia tierra, es monumental. Mucho más grande que el de su escuálido monumento allí -aquí, escribo desde Burgos- en la falda del castillo. Una vez, yendo a visitarlo, me hice el despistado y pregunté a un transeunte que paseaba al perro (relativamente joven y con faz de entender cosas): "Oiga, quién es este Empecinado". Y me contestó: "Dicen que era un bandido o un guerrillero; no sé muy bien qué". Nos despedimos con la confirmación -una más para mí- de la ignorancia sobre lo nuestro. Es gracioso, él se paseaba cada día con su perro; no se extrañó para nada que alguien no tuuviese -o aparentaba no saber- nada de este personaje; lo cual indica que para él, para el paseante del perro, no debía ser efectivamente importante. ¿Y por qué no tendría el monumento una escultura del héroe?. Tampoco, posiblemente, se lo preguntó nunca. Hay monumentos que por el lugar en que se ubican y por su factura parecen hhechos para que nadie se fije en ellos. Volviendo, con pesadez, una vez más al tema identitario: ¿con qué se identifican los castellanos? Este tema ya lo traté, aunque un poco colateralmente, en La identidad humana y los territorios. Bueno, que me alargo excesivamente.
La otra cosa es que no se pueden tener, al frente de instituciones privadas pero con fuerte contenido público -no olvidemos que la marca Real Madrid es la más conocida en el mundo enterno; como puede comprobar quien viaje por cualquier país y continente-, a personas que entienden muy poco de valores, más allá de los valores de bolsa. La especulación inmobiliaria de la antigua ciudad deportiva es un claro ejemplo. Habría mucho de lo que hablar al respecto; entre otras, del préstamo que recibió para adquirir a una rutilante figura que trajo del United por 98 millones de euros; y a saber qué gastos más.
1. He visitado dos veces Roa. He subido a la plaza donde ejecutaron vilmente al que para mí es uno de los castellanos más egregios que ha producido nuestra tierra: EL EMPECINADO. Creo que a este hombre no se le ha hecho aún justicia en su propia tierra, Castilla. Habría largo y tendido para hablar sobre él.
El general francés Joseph Hugo quedó flipado de su valor, arrojo e intligencia táctica. Este general francés tuuvo, entre sus hijos, a uno de los prohombres de las letras del siglo XIX de todo el mundo; se llamaba VICTOR HUGO que vivió varios años, de niño, en España.
2. El desconocimiento de este prohombre castellano, en su propia tierra, es monumental. Mucho más grande que el de su escuálido monumento allí -aquí, escribo desde Burgos- en la falda del castillo. Una vez, yendo a visitarlo, me hice el despistado y pregunté a un transeunte que paseaba al perro (relativamente joven y con faz de entender cosas): "Oiga, quién es este Empecinado". Y me contestó: "Dicen que era un bandido o un guerrillero; no sé muy bien qué". Nos despedimos con la confirmación -una más para mí- de la ignorancia sobre lo nuestro. Es gracioso, él se paseaba cada día con su perro; no se extrañó para nada que alguien no tuuviese -o aparentaba no saber- nada de este personaje; lo cual indica que para él, para el paseante del perro, no debía ser efectivamente importante. ¿Y por qué no tendría el monumento una escultura del héroe?. Tampoco, posiblemente, se lo preguntó nunca. Hay monumentos que por el lugar en que se ubican y por su factura parecen hhechos para que nadie se fije en ellos. Volviendo, con pesadez, una vez más al tema identitario: ¿con qué se identifican los castellanos? Este tema ya lo traté, aunque un poco colateralmente, en La identidad humana y los territorios. Bueno, que me alargo excesivamente.
La otra cosa es que no se pueden tener, al frente de instituciones privadas pero con fuerte contenido público -no olvidemos que la marca Real Madrid es la más conocida en el mundo enterno; como puede comprobar quien viaje por cualquier país y continente-, a personas que entienden muy poco de valores, más allá de los valores de bolsa. La especulación inmobiliaria de la antigua ciudad deportiva es un claro ejemplo. Habría mucho de lo que hablar al respecto; entre otras, del préstamo que recibió para adquirir a una rutilante figura que trajo del United por 98 millones de euros; y a saber qué gastos más.