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Gracias por estos datos, Fernando. Ya habíamos hablado en estos foros en varias ocasiones que en la voluntad de los dos grandes partidos no estaba, para nada, suprimir las diputaciones provinciales. Ni quieren los políticos locales -los datos que das son contundentes- ni quieren las cúpulas de Madrid porque, de ese modo, tienen muchas prebendas para dar a gente de provincia que, de ese modo, se contentan y dejan tranquilas a dichas élites.
Es verdad que, como veremos algu´n día con más detalles, hace dos siglos fue una obra pionera de ordenación de territorio y de armazón sólido del mismo. Fue, sin duda, la gran obra liberal que permitió el despegue de España metida en sí misma tras los desastres coloniales. Pero, desde entonces, ha corrido mucha agua y era hora de cambiar porque actualmente, como sabemos, existen poderosísimos medios para facilitar las comunicaciones. Entonces eran, entre otras cosas, los grandes centros de recogida de datos para enviarlos a Madrid y el centro de distribución de órdenes y leyes que emanaban desde Madrid. Desde ellas se extendía primero el telégrafo, luego los correos y, por último, los teléfonos.
Sí, el liberalismo -aquellas ideas de progreso humano y téncio que portaban hombres que tuuvieron que salir por patas de España cada vez que llegaba el Bo (r) bón supremo (en 1814 y en 1823) o derramando la sangre en lo campos de España- realizó una obra colosal para poner en marcha todo ese sistema así como los complemenarios partidos judiciales, las comandancias de la guardia civil (a partir de 1844), la supervisión de las normas sanitarias,...
Es verdad que, como veremos algu´n día con más detalles, hace dos siglos fue una obra pionera de ordenación de territorio y de armazón sólido del mismo. Fue, sin duda, la gran obra liberal que permitió el despegue de España metida en sí misma tras los desastres coloniales. Pero, desde entonces, ha corrido mucha agua y era hora de cambiar porque actualmente, como sabemos, existen poderosísimos medios para facilitar las comunicaciones. Entonces eran, entre otras cosas, los grandes centros de recogida de datos para enviarlos a Madrid y el centro de distribución de órdenes y leyes que emanaban desde Madrid. Desde ellas se extendía primero el telégrafo, luego los correos y, por último, los teléfonos.
Sí, el liberalismo -aquellas ideas de progreso humano y téncio que portaban hombres que tuuvieron que salir por patas de España cada vez que llegaba el Bo (r) bón supremo (en 1814 y en 1823) o derramando la sangre en lo campos de España- realizó una obra colosal para poner en marcha todo ese sistema así como los complemenarios partidos judiciales, las comandancias de la guardia civil (a partir de 1844), la supervisión de las normas sanitarias,...