Estoy totalmente de acuerdo contigo, Fernando. Pero, hay varias cosas más; y sin pretensión de exponer todas podemos indicar que:
1. el espíritu crítico en nuestra sociedad tiene que incrementarse mucho. A veces la simple observación de lo que ocurre en ciertos aspectos de la vida ordinaria, como una rueda con una zona muy desgastada, a punto de estallar, es suficiente para entender lo que ahí, en la corteza terrestre, está ocurriendo.
2. las personas tienen en su derredor otras personas que saben y están dispuestas a explicarlo; pero no preguntan porque quizás ni se molestan en pararse a pensar; incluso cuando en los periódicos, en los telediarios, etc. están presentes estas cosas durante días enteros, como está ocurriendo con lo de Vinaroz. El pasotismo frecuente que existe respecto de cuestiones tan fundamentales no se acaba de sacudir; y no es fácil saber cómo hacerlo.
3. Hay una carga profunda de resignación: "lo que ha de ocurrir ocurrirá"
4. También hay mucho excepticismo, creo que ciertas personas -muchas- cuando oyen a otras hablar de ciertos temas miran de reojo como diciendo: ¡qué dirán éstos". Este verano he percibido esta actitud en Hoyos; estábamos tres hablando del tema del fracking en la plaza del bar -se ven, desde él, varias grietas o microfallas en los farallones que están sobre las viviendas-, en que se reúne casi todo el pueblo, y algunas personas nos miraban de reojo con cierta sorna.
5. se tiende a considerar que si nunca ha ocurrido nada, ¿por qué iba a ocurrir ahora? Si esas rocas están ahí desde hace varios millones de años y no se han caído ¿por qué se iban a caer ahora? En Hoyos todos los mayores somos testigos de que ha caído algún significativo trozo, con una suerte tremenda, por cierto. ¿Quizás piense la gente que en mi pueblo tenemos algún ser protector: el róncano?
1. el espíritu crítico en nuestra sociedad tiene que incrementarse mucho. A veces la simple observación de lo que ocurre en ciertos aspectos de la vida ordinaria, como una rueda con una zona muy desgastada, a punto de estallar, es suficiente para entender lo que ahí, en la corteza terrestre, está ocurriendo.
2. las personas tienen en su derredor otras personas que saben y están dispuestas a explicarlo; pero no preguntan porque quizás ni se molestan en pararse a pensar; incluso cuando en los periódicos, en los telediarios, etc. están presentes estas cosas durante días enteros, como está ocurriendo con lo de Vinaroz. El pasotismo frecuente que existe respecto de cuestiones tan fundamentales no se acaba de sacudir; y no es fácil saber cómo hacerlo.
3. Hay una carga profunda de resignación: "lo que ha de ocurrir ocurrirá"
4. También hay mucho excepticismo, creo que ciertas personas -muchas- cuando oyen a otras hablar de ciertos temas miran de reojo como diciendo: ¡qué dirán éstos". Este verano he percibido esta actitud en Hoyos; estábamos tres hablando del tema del fracking en la plaza del bar -se ven, desde él, varias grietas o microfallas en los farallones que están sobre las viviendas-, en que se reúne casi todo el pueblo, y algunas personas nos miraban de reojo con cierta sorna.
5. se tiende a considerar que si nunca ha ocurrido nada, ¿por qué iba a ocurrir ahora? Si esas rocas están ahí desde hace varios millones de años y no se han caído ¿por qué se iban a caer ahora? En Hoyos todos los mayores somos testigos de que ha caído algún significativo trozo, con una suerte tremenda, por cierto. ¿Quizás piense la gente que en mi pueblo tenemos algún ser protector: el róncano?