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Traigo aquí el primer párrafo de un artículo de la Vangardia de hoy (se puede encontrar en la versión digital) en que se especifican cosas que dije ayer:
"El riesgo sísmico nunca apareció como un obstáculo para los promotores del almacén de gas subterráneo frente a la costa de Vinaròs. La empresa promotora del almacén Castor, Escal UGS, afirma que hizo un estudio en el año 2005 en el que no encontró riesgos sísmicos. Pero todo indica que, teniendo en cuenta la situación, posiblemente se menospreciaron los posibles impactos sísmicos que se podrían producir a consecuencia de la inyección de gas sobre el viejo campo petrolífero". El artículo se encabeza así "El riesgo sísmico de la falla se despreció"; lo firman A. Cerrillo y C. López.
Claro que este tipo de estudios cintífico-técnicos, ¿a quién se los encargan?. Con este tipo de cuestiones ya sabemos lo que ocurre: varias grandes empresas muy contaminantes tiene un grupo de (¡oh bochorno!) de científicos y técnicos encargados de desmentir, de manera sistemática y a través de grandes revistas y de cátedras de gran prestigio, que la contaminación humana tenga algo que ver con el cambio climático desbocado al que asistimos. Hace varias semanas ya ha quedado zanjado el tema de la terrible deriva suiicida del ser humano mediante los procesos de degeneración ambiental.
Con esto ocurre, y solo dando un apunte más, como cuando la Santísima Trinidad norteamericana de la calificación de empresas y Estados dieron la triple A -las tres evaluadoras- unas semanas antes a LEHMAN BROTHERS.
Coincidente, ¿no? El viejo campo petrolífero del Delta del Ebro, de menos importancia que el de nuestra lora de Sargentes, aprovechado para inyectar gas. Y los resultados ya se están viendo desde hace dos semanas.
"El riesgo sísmico nunca apareció como un obstáculo para los promotores del almacén de gas subterráneo frente a la costa de Vinaròs. La empresa promotora del almacén Castor, Escal UGS, afirma que hizo un estudio en el año 2005 en el que no encontró riesgos sísmicos. Pero todo indica que, teniendo en cuenta la situación, posiblemente se menospreciaron los posibles impactos sísmicos que se podrían producir a consecuencia de la inyección de gas sobre el viejo campo petrolífero". El artículo se encabeza así "El riesgo sísmico de la falla se despreció"; lo firman A. Cerrillo y C. López.
Claro que este tipo de estudios cintífico-técnicos, ¿a quién se los encargan?. Con este tipo de cuestiones ya sabemos lo que ocurre: varias grandes empresas muy contaminantes tiene un grupo de (¡oh bochorno!) de científicos y técnicos encargados de desmentir, de manera sistemática y a través de grandes revistas y de cátedras de gran prestigio, que la contaminación humana tenga algo que ver con el cambio climático desbocado al que asistimos. Hace varias semanas ya ha quedado zanjado el tema de la terrible deriva suiicida del ser humano mediante los procesos de degeneración ambiental.
Con esto ocurre, y solo dando un apunte más, como cuando la Santísima Trinidad norteamericana de la calificación de empresas y Estados dieron la triple A -las tres evaluadoras- unas semanas antes a LEHMAN BROTHERS.
Coincidente, ¿no? El viejo campo petrolífero del Delta del Ebro, de menos importancia que el de nuestra lora de Sargentes, aprovechado para inyectar gas. Y los resultados ya se están viendo desde hace dos semanas.