-Una vez que abandonéis Fuente Urbel, escondeos en algún viejo robledal cercano por algunos meses. Estáis acostumbrados a vivir en ellos. Cuando el joven Ailbe recobre todas sus fuerzas, debéis separaos y, mediante un sorteo, cada uno de vosotros tendrá que tomar un camino diferente. Es la última orden de vuestro bas. No olvidéis que me debéis obediencia eclesiástica hasta el final de vuestras vidas. Sólo así os salvaréis; sólo así cada uno de vosotros acabará su propia peregrinación.
Al finalizar estas últimas palabras, Aidan les dio la espalda y continuó comienzo ceniza hasta que la fiebre visitó tanto su cabeza como sus entrañas.
Al finalizar estas últimas palabras, Aidan les dio la espalda y continuó comienzo ceniza hasta que la fiebre visitó tanto su cabeza como sus entrañas.