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Paisaje Cultural, FUENTEODRA

El arzobispo Carlos Borromeo dedica varias menciones a las condiciones de los pavimentos interiores de las iglesias. Por un lado expone la problemática derivada de la proliferación de sepulturas en el interior de las iglesias, y de las consecuencias que ello conlleva en las discontinuidades del pavimento, y en la aparición de olores desagradables originados por la descomposición de los cadáveres: «Para que alguna vez algún tiempo no hiedan los sepulcros ciérrense con cubierta doble, la cual, cuadrada o de otra forma decente, según la proporción del lugar, sea de piedra sólida, pero de tal modo que entre una y otra se deje algún espacio; y la cubierta inferior constrúyase con piedra tosca; la superior, de piedra pulida, igual al pavimento de la iglesia, el cual únase aptamente por todos lados a la boca sepulcral» (Borromeo 1577, Capítulo XXVII).
(3 de Octubre de 2020)