¡Cuantos recuerdos! El toque de la mañana, el toque del angelus, el toque a muerto, el toque a nublo, el tornear las cmpañas, el toque a Misa y al Rosario... Uno midio la torre con uan soga del carro. Más de 20 metros.
La ida a Misa. se venía por tres partes. Las mujeres con velo y las mayores con mantilla y mantones. Los hombress esperando en el pórtico. Todos dejando las almadreñas a la puerta.
Aquí en el pórtico me acuerdo de los bautizos, de las bodas. Luego entraban.
Ya dentro, los hombres iban a los bancos bajo el coro, menos un Señor que siempre se colocaba en un banco junto a la puerta. Me hacían gracia las "calvas blancas" de los hombres en la iglesia. Ellos siempre iban con boina y yo sólo hacían la venia que la quitaban al saludar vg. al Sr. Cura. Solía haber dos tipos, la "ordinaria" y la de Domingo o fiesta. Los hombres en invierno llevaban pellizas o los jóvenes tabardos. Las mujeres iban a ocupar sus sitios en sus reclinatorios, quen los tenían, y a sus "sepulturas" donde encendían velas y hachones. había mujeres que tenían una estera y un tabureta pequeño donde se sentaban. Todas con velo. Algunas con velos más elegantes, calados o con el mantón en la cabeza.
El suelo de la iglesia era de piedra donde se podían ver y se pueden ver las sepullturas. En el siglo pasado se prohibió enterrar en la iglesia y sacaron fuera los cementerios.
Los cura llevaban bonete y sotana y daban al monaguillo cinco centimos los días ordinarios, diez los domingos y un real el día de la función. Dependía de lo que le echaran a él en el bonete.
Se solía cantar la Misa de angelis en latín y los responsos.
Me hicieron monaguillo siendo muy pequeño y no podía pasar el misal de un lado a otro y lo tenía que hacer el cura por mí. Casi no llegaba al altar.
En un rincón estaban los pendones, uno viejo y otro más nuevo. Era el más grande del valle. Y una cruz de la Misión. Etc...
La ida a Misa. se venía por tres partes. Las mujeres con velo y las mayores con mantilla y mantones. Los hombress esperando en el pórtico. Todos dejando las almadreñas a la puerta.
Aquí en el pórtico me acuerdo de los bautizos, de las bodas. Luego entraban.
Ya dentro, los hombres iban a los bancos bajo el coro, menos un Señor que siempre se colocaba en un banco junto a la puerta. Me hacían gracia las "calvas blancas" de los hombres en la iglesia. Ellos siempre iban con boina y yo sólo hacían la venia que la quitaban al saludar vg. al Sr. Cura. Solía haber dos tipos, la "ordinaria" y la de Domingo o fiesta. Los hombres en invierno llevaban pellizas o los jóvenes tabardos. Las mujeres iban a ocupar sus sitios en sus reclinatorios, quen los tenían, y a sus "sepulturas" donde encendían velas y hachones. había mujeres que tenían una estera y un tabureta pequeño donde se sentaban. Todas con velo. Algunas con velos más elegantes, calados o con el mantón en la cabeza.
El suelo de la iglesia era de piedra donde se podían ver y se pueden ver las sepullturas. En el siglo pasado se prohibió enterrar en la iglesia y sacaron fuera los cementerios.
Los cura llevaban bonete y sotana y daban al monaguillo cinco centimos los días ordinarios, diez los domingos y un real el día de la función. Dependía de lo que le echaran a él en el bonete.
Se solía cantar la Misa de angelis en latín y los responsos.
Me hicieron monaguillo siendo muy pequeño y no podía pasar el misal de un lado a otro y lo tenía que hacer el cura por mí. Casi no llegaba al altar.
En un rincón estaban los pendones, uno viejo y otro más nuevo. Era el más grande del valle. Y una cruz de la Misión. Etc...