Ablentar.
Al finalizar la tarde y si había viento suficiente se comenzaba a ablentar, o aventar, el grano para eliminar el polvo y la paja. A esta hora es cuando habitualmente sopla el serranillo, viento del sur que alivia el calor de la jornada y permite esta labor. No era infrecuente el pasar la noche en la era pendientes del viento para concluir la trilla.
Se comenzaba a ablentar con el horquillo, realizando una primera selección que eliminaba la paja más larga. Después se pasaban a utilizar las palas. Las palas están realizadas completamente en madera y tanto el mango como la cuchara forman una sola pieza.
Mientras una persona ablenta, otra va apartando los granzones y la paja pesada con la escoba de abalear. Es esta una escoba de brezo que agrupa las cerdas en tres nudos, en el mismo plano, formando abanico. Generalmente con esta operación el grano quedaba suficientemente limpio, aunque todavía podía perfeccionarse mediante las cribas y trigueros. Tanto las cribas, de diferentes tramas, como los trigueros solían emplearse más para las granzas que se habían ido apartando con la escoba. Las cribas dejan pasar el grano, pero no la paja; el triguero sin embargo no deja pasar el grano, pero si el polvo.
Al finalizar la tarde y si había viento suficiente se comenzaba a ablentar, o aventar, el grano para eliminar el polvo y la paja. A esta hora es cuando habitualmente sopla el serranillo, viento del sur que alivia el calor de la jornada y permite esta labor. No era infrecuente el pasar la noche en la era pendientes del viento para concluir la trilla.
Se comenzaba a ablentar con el horquillo, realizando una primera selección que eliminaba la paja más larga. Después se pasaban a utilizar las palas. Las palas están realizadas completamente en madera y tanto el mango como la cuchara forman una sola pieza.
Mientras una persona ablenta, otra va apartando los granzones y la paja pesada con la escoba de abalear. Es esta una escoba de brezo que agrupa las cerdas en tres nudos, en el mismo plano, formando abanico. Generalmente con esta operación el grano quedaba suficientemente limpio, aunque todavía podía perfeccionarse mediante las cribas y trigueros. Tanto las cribas, de diferentes tramas, como los trigueros solían emplearse más para las granzas que se habían ido apartando con la escoba. Las cribas dejan pasar el grano, pero no la paja; el triguero sin embargo no deja pasar el grano, pero si el polvo.