GREDILLA DE SEDANO: Tragaluz en el desván...

Tragaluz en el desván

Penetrarán las horas de este invierno
por esa boca sola, que no espera
más que un soplo de polvo y abandono.
La luz iba irisando con agujas,
mientras yo rebuscaba en los rincones
aquel dejado ayer de lo inservible.

El tiempo se detuvo en un instante;
yo descendí con él hacia otros años,
y palpé los enseres lentamente:
esa mesa de roble, aquel espejo,
el puño de un bastón, un manuscrito.
Todo tuvo su muerte inesperada,
su forzado trasiego silencioso.

Te recordé vencido, en aquel éxtasis;
retuve el manuscrito entre mis manos,
para saber por qué también aquello
sufría ya desprecio permanente
en el mundo confín desamparado.