GREDILLA DE SEDANO: En un jaular sin vuelo...

En un jaular sin vuelo

Con su piel de zahón, bronca estatura,
va pisando gasones como quien pisa un lienzo,
y su planta de pie, limpia de tactos,
tiene la escocedura de lo agrario.

No pude comprender aquella valentía;
éramos convocados al escaso convite,
vano y perdido afán en un jaular sin vuelo,
donde el poder del sol acristala la tierra,
y ventea la lluvia sin darle cuerpo al barro.

Ese sur aterido, con rostro enjalbegado,
es, más que una retama, un cruce milenario
de legones y angustias con sal de lagrimales.

Transcurridos los años, asistiré a la fiesta;
seremos los peones, temporeros audaces
bajo un cielo que gime interminable.

Después no me preguntes; permanece, si quieres,
en esa soledad donde el aire es un tiento
ebrio de tono adusto y voz de miserere.
Yo volveré a mis verdes, alternados con greda,
a la quietud del agua recogida en albercas,
que encharcará rodales cercados de horizontes.