El estudio, cuya concreción tienes en tus manos, nos viene a confirmar de manera desagradable que esos tiempos aún no tan lejanos son idos ya y, lo que es peor, que ya no volverán. Ya no podemos saciar nuestra sed en el agua de nuestros manantiales, ya no podemos deleitarnos cuando nos sentamos en sus sonorosas umbrías. Nuestra cultura, basada en la explotación, en el despilfarro, en el desarrollo abusivo y ciego, las ha secado o corrompido:
"... aquesta fuente clara y pura,
que como cristal resplandecía,
mostrando abiertamente su hondura"
que decía Garcilaso de la Vega,
"Convida a dulce sueño
aquel manso ruido del agua que la clara fuente envía".
"... aquesta fuente clara y pura,
que como cristal resplandecía,
mostrando abiertamente su hondura"
que decía Garcilaso de la Vega,
"Convida a dulce sueño
aquel manso ruido del agua que la clara fuente envía".