GREDILLA DE SEDANO: El segundo día de fiestas, de madrugada, se recorrían...

El segundo día de fiestas, de madrugada, se recorrían de nuevo las casas del pueblo "echando las dianas", ahora dedicándolas a todos los habían acudido a las fiesta invitados por la familia y se encontraban en casa de esta. Y a lo largo del día se le dedicaban los vivas de rigor al que no se le había vitoreado aun. A veces se bromeaba con algunos añadiendo la coletilla: " se portara". Hacia media mañana se asistía a una misa en recuerdo de los difuntos del pueblo.
Por la tarde, de nuevo música y bailes, como el día anterior.
El que nunca faltaba en fiestas era el confitero, que vendía confites, caramelos, almendras y aquellas cachabas de caramelo exageradamente grandes.
El alojamiento de los músicos durante los días de fiesta corría a cargo de los mozos. Cada mozo, por sorteo, se hacia responsable de que el musico que le había tocado en suerte no le faltara una cama donde dormir y de que comiera y cenara adecuadamente.
Y hablando de mozos. Para que uno fuera considerado como uno de los mozos del pueblo y pudiera formar cuadrilla con ellos era condición indispensable el que el aspirante a mozo invitara a aquellos a unos buenos tragos de vino. A partir de entonces ya eras de la cuadrilla.

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