En la vega del
río Odra, cercano a él y junto al arroyo temporal Arroba, en un ramal de
carretera que le une a la que comunica Villadiego con Melgar de Fernamental en
Villamayor de Treviño y con
caminos asfaltados hasta
Sasamón,
Villasandino y
Padilla de Abajo, y en terreno llano, está situado
GRIJALBA, a 18 kilómetros de Castrojeriz y 45 de
Burgos.
Son sus vecinos Sasamón,
Villasidro,
Mahallos, Villamayor de Treviño,
Padilla de Arriba, Padilla de Abajo y Villasandino, que forman corona a su alrededor.
Según aparece en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada, sus habitantes contestaron que pertenecían únicamente al Rey, es decir, era lugar de realengo y su nombre se encuentra escrito por primera vez el 2 de junio de 1184, como “Ecclesia alba” en la documentación del
Monasterio de
San Salvador del Moral, en Quintana del
Puente (
Palencia), aunque parece ser que ya consta antes en un documento de 999 del Monasterio de San Pedro de Cervatos.
Ha contado siempre con población elevada, para lo que son los
pueblos de la provincia de Burgos. Así aparece con 205 habitantes en el año 1848 en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz, que asegura que pasaba por allí el antiguo
camino de Burgos a
León. Siguiendo la trayectoria de la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, había crecido espectacularmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y presentaba en 1900 un censo de 427 personas. Aún creció más en la dura primera mitad del siglo XX y contaba en 1950 con 445 habitantes. Y, aunque la inexorable acción de la emigración de la segunda mitad del siglo ha hecho estragos en su población, aún contaba en el año 2000 con 123 personas.