Todavía hoy algunos balazos parecen conservar intacto su poder destructivo. Durante las primeras semanas de este mes se exhumó una fosa común de más de treinta metros de largo en Gumiel de Izán (Burgos). La hipótesis de que allí estuvieran enterrados un grupo de ferroviarios que fueron asesinados el 18 de agosto de 1936 es una de las que se barajan para poder llegar a establecer la identidad de aquellos muertos que yacen, uno detrás de otro, en un paraje conocido como La Legua. Los investigadores
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Me gustaría pensar, que ambos bandos, causaron pobreza en el corazón humano y, que remover todo aquello, significaría más dolor del cual, las personas, están dispuestas a soportar. No sólo se ha de culpar a un bando. Podría afirmar, que en un
frontón, no muy distante a Aranda, los balazos que aún resuenan en los mayores de cierta edad, no son precisamente de aquellos a quien parece, defendemos a capa y espada y, que nadie, debería, levantarse de su silla, sin reflexionar antes un buen rato.