Hoy el dia es gris, plomizo, un poco triste quizas, dia de jersey y de paraguas, dia de paseo solitario alterado solamente por el saludo amable de algun vecino atareado en sus quehaceres. Al poco de comenzar mi paseo algo me ha hecho detenerme, es algo sencillo y a la vez muy especial para alguien que ha vivido aqui momentos inolvidables, cuando la mirabamos de pequeños nos parecia tan alta y majestuosa que al escalarla creiamos que habiamos hollado una cima a la altura de las mas grandes, eramos capaces de sentarnos horas y horas con las piernas cruzadas contemplando ese paisaje insuperable que desde su cima nos brindaba nuestra querida Peña Alta. Saludar desde su cima a los coches que pasaban era muchas veces recompensado con un cariñoso toque de bocina y desde dentro de ti sin decir ni una palabra algo te unia a aquel viajero al que con una pequeña sonrisa le deseabas buen viaje. Al alejarme caminando sumido en mis recuerdos unas risas infantiles me han hecho girarme y al ver a unos niños aparcar sus bicicletas y escalar la Peña Alta me he dado cuenta que ese sencillo pero bonito recuerdo no se perdera sino que pasara de generacion en generacion.