Gato muy manso y cariñoso.
Posiblemente, abandonado por sus dueños.
Está en la calle.
Un vecino amante de los gatos comentaba de la crueldad de algunas personas que usan su tiempo envenenando gatos.
Y alguna otra, va de inquisidor tirando postes de madera, arrancando plantas o forzando la cerradura de los
corrales.
Yo le diría a este bambarria
y pelagatos, que respete a los animales y la propiedad ajena.
Un saludo a la otra buena gente de
Hermosilla.