Quien más y quien menos de los biennacidos, en el
ecuador del
verano visita su terruño de origen y a sus familiares. Los
trajes de corbata y caras serias se tornan planas. Surgen sonrisas bienintencionadas y vestimenta generalista, (ropa ligera, pantalón corto, deportivas, gafas de sol y móvil en cartuchera o en la mano).
Por fuera las
fachadas son clónicas, no existen distinción de clases sociales.
No engañan a nadie. Ellos lo saben y se sienten superiores al resto. Pero hoy les toca ser
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