El corazón en el pueblo y la razón, en la ciudad...? No se puede vivir con el cuerpo fragmentado. No me imagino que los lugareños, tengan también el corazón partido. Se les puede tildar de timoratos por no haber dejado su casa, sus tierras, sus paisajes y haber probado fortuna en otros puntos de la península, tal vez más gratificantes. Son gente sufrida, austera y con mucha valía; y además necesaria para sostener y cuidar el caserío y los paisajes de los pueblos.
La tierra engancha y no suelta ... (ver texto completo)
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