Pétreo y rustico asador de la nueva cultura gastronómica y de ocio de los vecinos de
Hermosilla. El
comer es un placer, sobre todo cuando se pasan muchas necesidades y no existía el frigorífico, sino sólo una forma de vida de subsistencia.
Los platos típicos de antaño eran patatas, huevos y mucho tocino y la siempre cena de las sopas de ajo. La
comida al aire libre y en compañia de
amigos sabe mucho más rica y si son unas chuletas de cordero con leña fina de encina , aún mucho mejor. Vida lenta
... (ver texto completo)