Esta
ventana de labradas
piedras, es para mirar desde fuera hacia dentro. El ser humano mira por lo general desde sus ojos hacia el exterior del otro. Por eso no se conoce.
Vamos por la vida con gafas oscuras, viendo las mismas cosas y personas, pero casi nunca mirándolas, observándolas.
Repetimos las horas, los días, los pasos, las
calles y siempre llegamos a los mismos lugares, huyendo de nuestra
casa para ir a aposentos ajenos, porque estamos huyendo de nosotros mismos.
Por eso, somos
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