Ciertamente este instrumento te lo encuentras colgado en una pared del
corral y le preguntas a cualquier
jóven de menos de treinta años, y ni por casualidad acierta de que sirve para coger la
fruta de las ramas más altas.
Alguna vez que he entrado en esos viejos
corrales de
piedra y adobe y ves todos estos antiguos
aperos de
labranza, parece el resumen de la vida del agricultor, donde él se fué y quedan todos todos estos artilugios que tanto cuidó y le acompañaron día trás día.
Allí en un
rincón ... (ver texto completo)