Si en un 14 de Enero de 2014 te acercas a las 9 de la mañana al
pueblo de
Hermosilla notarás la presencia de la auténtica soledad en sus
calles, persianas bajadas,
puertas cerradas y
chimeneas sin humo. Un
cielo azul, sin aves que vuelen y tal vez, el ladrido de algún perro en la lejanía que huele tu presencia. En cambio, nunca he visto un gato.
¿Dónde están los 33 habitantes empadronados?. ¿Sólo para votar y que siga todo igual? Las
ruinas peligrosas, en las calles, la verja del
molino sin quitar
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