La estación viene seca. La tierra abre sus agrietadas bocas. Y nada ni nadie se moja con las lluvias de abril.
Necesitamos recargar los acuíferos. Y no gastar el agua subterránea de millones de años.
El agua ese milagro que alimenta, limpia y crea y es casa de miles de seres vivos... es cada año más escasa.
Nada existe en el planeta Tierra más generosa y solidaria y fecunda que el agua.
El amigoárbol, sería nuestro padre silencioso, generoso e inmóvil, como el segundo ser que nos hace... Este verano de estrés hídrico, los caminos del agua son más bien senderos de cantos y grava. Los cangrejos para remojarse compran el agua en el supermercado... ¡Así de secos van nuestros ríos! No pedimos un "Harvey" o un "Irma"; pero unas buenas "danas" (gotas frías) no vendrían mal en los campos sedientos castellanos, para alegrar la tierra y recargar los manantiales.