Sí, que duren el máximo posible y cuando se sequen volvamos a plantar nuevos árboles. Qué poco cuesta tener la naturaleza, saludándote al asomarte a la ventana. Los árboles te dan oxigeno, frutos, sombra y compañía. Tú les cuidas un poco y ellos te lo multiplican por cien. Además, los pequeños jardines al lado de casa, adornan, embellecen, y revalorizan las construcciones. Todo son ventajas. Y... ¡a la puerta de casa! Espero llegar a ser tan longevo como mi antecesor en este hueco.