Un fuerte abrazo a la familia de Jesús V. en estos momentos de dolor.
Con su partida se va una entrañable persona y el pueblo de Hermosilla se queda cada vez más pequeño y solitario. Alguien se va, y sólo quedan fragmentos de su existencia. Palpitantes pedaladas de un pueblo a otro pueblo para ver aquellos ojos ilusionados. Y seguir entusiastas rituales de manos enlazadas, bailes en la plaza y besos furtivos. Aprobación de los padres, alegre casamiento de iglesia, casa compartida y niños juguetando al calor del hogar. Así era el amanecer de una pareja bajo el cielo de Hermosilla.
Mientras. Había que compartir las duras tareas del campo, siembras, siegas y trillas. Días de...