En una flor, está toda la primavera... Y tú, eres parte de ella. Eran la cinco y las cinco en punto de la tarde. Y el silencio de la tarde soleada, se rompía con el tañido indolente de la campana como si estuviera rota. Toques lentos y lastimosos, como golpes de paladas de tierra que anunciaban que otro hijo del pueblo se despedía de su casa, de su escuela, de su iglesia, de sus campos, de sus amigos, de sus vecinos y de la Hermosilla entera.
Te vas, te fuiste compañero. Ahora, tu lugar estará en el Cielo. A José con mi sincera despedida de este pueblo que tanto amó." Busqué un lugar para descansar y me fijé en el cielo". Adiós... Tus ojos y mis ojos se contemplan
en la quietud crepuscular.
Nos bebemos el alma lentamente
y se nos duerme el desear.
Como dos niños que jamás supieron
de los ardores del amor
en la paz de la tarde nos miramos
con novedad de corazón.
... Escribo para no olvidarte, letra mía.
Escribo, para recordar tu encuentro,
escribo, para fotografiar este día.
Escribo para tenerte siempre a mi lado,
y saber que el olvido se muere,
cada vez que el destino nos encuentra
en un folio blanco.