Las viejas casas deshabitadas, ¡qué solitarias están!, a pesar de la multitud de gente que ha estado dentro o junto a ellas en tiempos pasados, niños, padres, abuelos o los mismos vecinos pasando ratos de charla en el umbral de la puerta o jugando en la espaciosa era de atrás los inquietos chiquillos.
Las construían con los materiales que existian en el derredor, piedras, tierra y maderas, cuando no había nada que hacer en los campos.
Recuerdo haber presenciado un velatorio en esta casa tras el accidente que la correa de una trilladora produjo a su dueña. Fue un tragico suceso.
La vida y la muerte son siempre unas desconocidas y nos sorprenden sin avisar.
Las construían con los materiales que existian en el derredor, piedras, tierra y maderas, cuando no había nada que hacer en los campos.
Recuerdo haber presenciado un velatorio en esta casa tras el accidente que la correa de una trilladora produjo a su dueña. Fue un tragico suceso.
La vida y la muerte son siempre unas desconocidas y nos sorprenden sin avisar.