¡Ya ha llegado el verano! Los hermosillanos y sus vecinos con sus mejores coches, regresan para disfrutar de la tranquilidad y el verde paisaje del pueblo. Vienen a relajarse en su tierra y a cuidar su casa.
Años atrás, el coche de línea te dejaba en el empalme de los Barrios o en Cornudilla y con tu maleta, pasito a pasito llegabas al pueblo a currar de sol a sol todo el puñetero verano. Calor, polvo y sudor durante dos largos meses.
En cambio, los hijos e hijas de los obreros de la ciudad, es decir los "blanquitos" se lo pasaban a la sombra del río, contemplando cómo trabajábamos los "pequeños empresarios" de la supervivencia. Esas eran nuestras anheladas vacaciones.
Ahora, los del campo también tienen más tiempo libre y algunos de la ciudad en vez de descansar en las vacaciones
se torturan como antaño arreglando sus posesiones. ¡Feliz verano, hermosillanos!
Años atrás, el coche de línea te dejaba en el empalme de los Barrios o en Cornudilla y con tu maleta, pasito a pasito llegabas al pueblo a currar de sol a sol todo el puñetero verano. Calor, polvo y sudor durante dos largos meses.
En cambio, los hijos e hijas de los obreros de la ciudad, es decir los "blanquitos" se lo pasaban a la sombra del río, contemplando cómo trabajábamos los "pequeños empresarios" de la supervivencia. Esas eran nuestras anheladas vacaciones.
Ahora, los del campo también tienen más tiempo libre y algunos de la ciudad en vez de descansar en las vacaciones
se torturan como antaño arreglando sus posesiones. ¡Feliz verano, hermosillanos!