Poema a un recién nacido.
" ¡Ya estoy aquí, ama!
Como las últimas flores
Llegué,
con el verano desmayado
en las ocres colinas.
Y en tu prado hermoso,
marqué los surcos
presagios de nuevas primaveras.
Ahora, viviré pendiente de tus sonrisas,
de tus miradas,
pendiente de tus palabras, de tus silencios,
y también de tus lágrimas.
Nunca te seré indiferente.
Cuando empuje la vida,
arrópame, otra vez, envuelto en caricias
junto a tus alas.
En las noches oscuras,
si se apaga la luna,
pronunciaré tu nombre, para que nada tema
de las sombras ocultas.
Y tu nombre, me sonará
a calma, dulzura y dicha.
Y a la vida, ruego, que no vaya
más allá de tus brazos.
Que tus brazos abiertos,
hagan correr mis pasos.
Que sean tus brazos, horizonte y camino.
¡Que la vida, me acerque siempre, a tus brazos!
(A Péru, con todo cariño de su abuelo.)
" ¡Ya estoy aquí, ama!
Como las últimas flores
Llegué,
con el verano desmayado
en las ocres colinas.
Y en tu prado hermoso,
marqué los surcos
presagios de nuevas primaveras.
Ahora, viviré pendiente de tus sonrisas,
de tus miradas,
pendiente de tus palabras, de tus silencios,
y también de tus lágrimas.
Nunca te seré indiferente.
Cuando empuje la vida,
arrópame, otra vez, envuelto en caricias
junto a tus alas.
En las noches oscuras,
si se apaga la luna,
pronunciaré tu nombre, para que nada tema
de las sombras ocultas.
Y tu nombre, me sonará
a calma, dulzura y dicha.
Y a la vida, ruego, que no vaya
más allá de tus brazos.
Que tus brazos abiertos,
hagan correr mis pasos.
Que sean tus brazos, horizonte y camino.
¡Que la vida, me acerque siempre, a tus brazos!
(A Péru, con todo cariño de su abuelo.)