El aire seco, ígneo y africano huele a vacaciones. Las hierbas ayer verdes, hoy se retuercen y crujen ante el soplete impío del astro sol. Ellas no pueden huir buscando el refugio de la fresca y oscura sombra. Mueren y nacen de pie. Es su atávico destino.
Si la vida del planeta Tierra, la metiéramos en un calendario de doce meses, las hierbas y plantas ocuparían al menos tres meses, los dinosaurios tres semanas, y el hombre (que se comporta como el amo y señor de la Ttierra) llevaría existiendo 14 segundos. Es decir, nada.
El gran depredador, autollamado "homo sapiens" tiene como objetivo la aniquilación de bosques, mares y aires. Lleva 14 segundos y ya se le ve maneras.
Querida Ttierra tal vez estaría mejor sin él.
Si la vida del planeta Tierra, la metiéramos en un calendario de doce meses, las hierbas y plantas ocuparían al menos tres meses, los dinosaurios tres semanas, y el hombre (que se comporta como el amo y señor de la Ttierra) llevaría existiendo 14 segundos. Es decir, nada.
El gran depredador, autollamado "homo sapiens" tiene como objetivo la aniquilación de bosques, mares y aires. Lleva 14 segundos y ya se le ve maneras.
Querida Ttierra tal vez estaría mejor sin él.