A primeros de septiembre junto al románico ábside de la iglesia, he contemplado la energía vital del viejo moral partido por el rayo, lleno de hojas y negros frutos. ¡Quién los hubiera pillado cuando eramos chiquillos! Ahora casi nadie saborea sus agridulces frutillas.
Como hambrientos depredadores ibamos escalando los troncos y ramas, y cada parte de los brazos abiertos y nombrados del viejo profeta, como el autor del libro de Hermosilla, denominó al rajado moral. Hoy se encuentra manco, sólo le queda un vigoroso y potente brazo, capaz de sostenerle fuerte y firme frente a cuaquier inclemencia del tiempo.
Ya debe andar este viejo amigo por los 171 años, casi nada. Pocos árboles o quizás ninguno de los que hay en el pueblo le iguale en edad.
Los árboles más longevos suelen ser los olivos, hay algunos con más de tres mil años. Planté uno frente a la puerta de la iglesia, pero apenas tira; debe ser la tierra demasiado arenosa o la falta de agua, de entrada los olivos crecen en cuaquier terreno, suelen ser muy rústicos.
Como hambrientos depredadores ibamos escalando los troncos y ramas, y cada parte de los brazos abiertos y nombrados del viejo profeta, como el autor del libro de Hermosilla, denominó al rajado moral. Hoy se encuentra manco, sólo le queda un vigoroso y potente brazo, capaz de sostenerle fuerte y firme frente a cuaquier inclemencia del tiempo.
Ya debe andar este viejo amigo por los 171 años, casi nada. Pocos árboles o quizás ninguno de los que hay en el pueblo le iguale en edad.
Los árboles más longevos suelen ser los olivos, hay algunos con más de tres mil años. Planté uno frente a la puerta de la iglesia, pero apenas tira; debe ser la tierra demasiado arenosa o la falta de agua, de entrada los olivos crecen en cuaquier terreno, suelen ser muy rústicos.
