"Laudato si". (1).. Dichoso aquél que sentado en su huerta-jardín a la sombra de un frondoso acebo, oye el incesante piar de unos gorriones; y no lejos, en la finca de al lado dos gallos compiten en su quiquiriqueo. Unos caballos rojizos se acercan al paso, tirados de las bridas por su joven dueña en busca de yerba verde. El perro de la casa vecina ladra al oler la presencia de otro can.
Rugen los motores de la cosechadoras y les siguen tractores con sus góndolas por los caminos de los ejidos del pueblo en busca de los dorados trigales que segar. En la cubierta de una vivienda golpea un albañil y cerca del coriáceo acebo, chirría la sierra de la carpintería; que no asusta a las cuatro crías emplumadas del mirlo que se acerca, desconfiado, para alimentarlas trás los arbustos.
Rugen otros tractores y otras cosechadoras rompiendo la mañana y el cántico de los pájaros."Laudato si"... ¿Dónde esa paz que se respira en los pueblos? Mientras: mi perra sigue tumbada a las sombra de los árboles, las abejas liban en las flores de la menta y de lavanda; y las gallinas alborotan el aire con su cacareo.
Apenas unos cirros en el cielo, la calor sigue aumentando su gradiente. La sombra de nuestros verdes amigos y el agua fresca de la fuente, hacen llevadera la mañana. Hombres descamisados pasan junto a la valla de la huerta, haciendo camino al andar, en esta mañana de julio, con todos los ingredientes de un pueblo urbanizado y con algunos otros pocos, de tiempos pasados. (1) ("Laudato si", es la encíclica sobre la protección del medio ambiente, escrita por el Papa Francisco).
Rugen los motores de la cosechadoras y les siguen tractores con sus góndolas por los caminos de los ejidos del pueblo en busca de los dorados trigales que segar. En la cubierta de una vivienda golpea un albañil y cerca del coriáceo acebo, chirría la sierra de la carpintería; que no asusta a las cuatro crías emplumadas del mirlo que se acerca, desconfiado, para alimentarlas trás los arbustos.
Rugen otros tractores y otras cosechadoras rompiendo la mañana y el cántico de los pájaros."Laudato si"... ¿Dónde esa paz que se respira en los pueblos? Mientras: mi perra sigue tumbada a las sombra de los árboles, las abejas liban en las flores de la menta y de lavanda; y las gallinas alborotan el aire con su cacareo.
Apenas unos cirros en el cielo, la calor sigue aumentando su gradiente. La sombra de nuestros verdes amigos y el agua fresca de la fuente, hacen llevadera la mañana. Hombres descamisados pasan junto a la valla de la huerta, haciendo camino al andar, en esta mañana de julio, con todos los ingredientes de un pueblo urbanizado y con algunos otros pocos, de tiempos pasados. (1) ("Laudato si", es la encíclica sobre la protección del medio ambiente, escrita por el Papa Francisco).