Ese humilde, florido y aromático tomillo que crece en el valladar junto al camino, o en ese yeco o perdido junto al azulón e impregnante espliego, si tú avaricioso agricultor con tu arado lo destruyes para agrandar tus fincas. ¿Qué dejas a las generaciones futuras?
Cuando en primavera alguien recorra los campos del ayer, sus ojos no se alegrarán con los hermosos ropajes de las flores, ni su olfato se deleitará con los dulces olores de sus néctares. Ni los pétalos del rosal silvestre como pequeños soles alumbrarán en los ejidos y caminos de los pueblos.
Porque tú agricultor insensato, que no amas la naturaleza, sólo el dinero de la explotación salvaje de los campos. ¿Qué primaveras de flores y aromas dejarás a tus hijos?
Cuando en primavera alguien recorra los campos del ayer, sus ojos no se alegrarán con los hermosos ropajes de las flores, ni su olfato se deleitará con los dulces olores de sus néctares. Ni los pétalos del rosal silvestre como pequeños soles alumbrarán en los ejidos y caminos de los pueblos.
Porque tú agricultor insensato, que no amas la naturaleza, sólo el dinero de la explotación salvaje de los campos. ¿Qué primaveras de flores y aromas dejarás a tus hijos?