Fotografía muy lograda. La seriedad y respeto de las cruces blancas con sus letras identificativas quedan embellecidas y desdramatizadas por el sencillo y decorativo herraje de la puerta, frontera entre los que nos dejaron y los que nos resistimos aún a pasar al otro lado de la férrea portada. La vida es bella a este lado, y todavía más bella si hay ilusiones y salud.
El enfoque de la fotografía no deja ver la pared que aguanta la puerta metálica y que en su lado derecho -hacia el muro de la iglesia- tiene las piedras casi al aire.
Si no se toman medidas pronto, muy pronto, gran parte de esta pared irá a tierra. Ahora, con poco gasto, se pueden recoger estas piedras con masa y evitar que se deteriore aún más la pared que nos ocupa.
No sé si es competencia del Arzobispado o del Ayuntamiento; pero lo que sí importa es que se actúe con rapidez porque el tiempo apremia.
Si no se toman medidas pronto, muy pronto, gran parte de esta pared irá a tierra. Ahora, con poco gasto, se pueden recoger estas piedras con masa y evitar que se deteriore aún más la pared que nos ocupa.
No sé si es competencia del Arzobispado o del Ayuntamiento; pero lo que sí importa es que se actúe con rapidez porque el tiempo apremia.