En nuestra niñez esta ermita cumplía en su interior como lugar de rezo del rosario, y en su exterior como lugar de reunión y juegos varios. Porque existía un práctico pórtico para guarecerse de la lluvia y la intemperie, a igual que lo tuvo la iglesia. Pero parece que el conservar lo que es antiguo e histórico, no entra en algunas cabezas del siglo XX y XXI. Al menos se mejoró por el anterior alcalde, la entrada con un suelo menos horrible, que la solera de hormigón que tenía.
Hoy su interior se está cayendo a pedazos. Esperemos que quede algo de la donación del Sr. Cándido; y con lo que aporte el Ayuntamiento y generosos vecinos del pueblo, se pueda seguir manteniendo en pie como edificio histórico-cultural y religioso.
Hoy su interior se está cayendo a pedazos. Esperemos que quede algo de la donación del Sr. Cándido; y con lo que aporte el Ayuntamiento y generosos vecinos del pueblo, se pueda seguir manteniendo en pie como edificio histórico-cultural y religioso.