Sí, preciosa estampa invernal.
Aunque es una mínima aproximación a las
nevadas que caían por los años sesenta y teníamos pocos años.
Los adultos abrían sendas para ir a la
fuente, a la
escuela,.. y a nosotros nos parecían trincheras por su profundidad.
¡Qué tiempos aquellos!