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HERMOSILLA: Esta puerta de dura madera de olmo con sus tablas claveteadas...

Esta puerta de dura madera de olmo con sus tablas claveteadas aún chirria en su quicio cada vez que se abre o se cierra; o si se deja abierta, golpetea con aquél viejo ruido, presente en la memoria de la niñez, por el fuerte viento del Oeste (el pozano).

Lejanos recuerdos. La madre con cierta ansiedad en la cocina hacía la cena y el padre en la taberna aún sin regresar. Era la puerta con su chirriar característico la que anunciaba el regreso, para empezar a cenar: sopas de ajo, alguna tortilla, a veces pescado congelado y no mucho más.

Calor sólo, al lado de la lumbre del hogar. El resto de la casa, un frío invernal.